Nelly-Eve Rajotte^CA/QC

Después de graduarse con una licenciatura en historia del arte, Nelly-Ève Rajotte realizó una segunda licenciatura en la École des arts visuels et médiatiques (UQAM), que condujo a una maestría en 2006. Participó en numerosas exposiciones en Québec, en el SAT , the Darling Foundry, Parisian Laundry, Ocurrence, Clark, Optica y Circa entre otros. Sus obras se han presentado en varios festivales de todo el mundo y también se han transmitido en muchos festivales en Canadá, MUTEK Montréal, así como en Mutek Japan, Mutek Argentina y Mutek Mexico, ISEA MTL 2020, Festival International du film sur l'Art , Festival Internacional de Cortometrajes de Berlín y Selección Oficial en Transmedial Berlin (Alemania), Lab30, Manchester UrbanScreens (Reino Unido), KIKK Festival Namur, Festival Internacional de Cine de Moscú y Feria de Arte Contemporáneo de Finlandia.

Nelly-Ève Rajotte es una artista multidisciplinar que trabaja en la confluencia de la performance, el vídeo y la instalación. Conocida entre otros por sus proyecciones monumentales, Rajotte está interesada en la condición sensorial de la experiencia del espectador. Investiga la relación en el espacio y sondea la arborescencia de sensaciones físicas y estados psicológicos registrados a través de la percepción. En este sentido, su trabajo conjunto de imagen y sonido refleja una cierta alteridad de representación y experiencia.

En torno a la figura recurrente del paisaje, Rajotte adopta un enfoque romántico donde la tensión y la oposición interactúan con la composición utilizada para explorar el proceso de construcción de las imágenes. Toma prestadas estrategias cinematográficas, efectos de montaje y puestas en escena que no solo transforman, sino que estetizan la realidad. El paisaje es refinado y frágil, y así se afirma a través de las operaciones del artista de ella como objeto cultural. Su sonido de Ella logra este cambio antinatural de imágenes, tejiendo a su alrededor una especie de universo atípico hasta el punto de la ansiedad. El entorno acústico duplica la experiencia sensorial de la obra al entrar en conflicto y apoyar simultáneamente la narrativa de la imagen. Estos marcos se encuentran, se repelen y desestabilizan su recepción. En cierto modo, desafían el corazón de la obra.

Su acercamiento a ella se distingue por su claro interés por la percepción, y radicaliza su alcance. Este ejercicio de seguimiento no está motivado por dispositivos tecnológicos, sino por organizar un entorno abierto a la interpretación. Sus composiciones son como las de un pintor que trabaja para aumentar la dimensión temporal fundamental de una experiencia. Imagen y sonido se materializan en el tiempo, llaman la atención, se inscriben en un espacio determinado y finalmente ceden para transmitir toda la potencia de la obra.